No había terminado

Con el fin del cargador, pensé  que aquella arma de destrucción masiva estaba totalmente acabada, pero Javi arregló el cargador de alguna forma que no logro imaginar. A veces Javi me sorprende, me demuestra que está mucho más avanzado de, lo que para nosotros los labradores, son 22 meses de vida...

Cuando él volvió a dejarme solo, volví a repetir la acción con el cargador. Esta vez tenía que ser más preciso, no podía dejar nada de él. Así que cuando terminé con el cargador, me puse manos a la obra con la batería del teléfono. Ahora Javi no tenía escapatoria.

Después de clavar mis colmillos varias veces conseguí destrozar la batería.
Javi no se lo tomó nada de bien.
Si me hubiese entendido, mis palabras habrían sido "esto me duele más a mi que a tí, hijo..."